Desafío 1: Inmuebles intensivos en capital
Las universidades han experimentado un aumento en el número de estudiantes durante más de 10 años. Anteriormente, había un excedente de espacio en estas instituciones. Los edificios universitarios no son particularmente flexibles. A menudo son edificios grandes con una coherencia específica con otros edificios universitarios. Las conversiones, renovaciones y construcciones nuevas son muy costosas. Los costos de construcción para universidades suelen rondar los € 3,000 por m2 de área bruta y son mucho más altos para laboratorios, por lo que son muy intensivos en capital. Si se hace un uso más eficiente del espacio, se necesitan menos metros cuadrados y eso puede marcar la diferencia en términos de cuánto espacio se necesita.
Si los conocimientos en tiempo real indicaran una posible optimización del 10% (lo cual es realista según los expertos), los costos de construcción podrían reducirse en un porcentaje equivalente. Menos construcción es mejor para el medio ambiente, mejor desde una perspectiva financiera y también beneficia a la educación e investigación (que es en lo que se centran las universidades).
Desafío 2: Emergencias
Identificar concentraciones de personas y su movimiento a través de sensores permite detectar movimientos notables y/o aumentos de temperatura. Los equipos de seguridad o respuesta a emergencias, como los que se encuentran en las universidades, pueden observar situaciones extraordinarias en pantalla. Un algoritmo podría proporcionar claridad adicional (movimientos colectivos inesperados) para ayudar a localizar la ubicación de una situación de emergencia. Los sensores también pueden localizar eficazmente incendios basados en aumentos de temperatura. El tiempo es esencial: en una situación de emergencia, es importante identificar rápidamente la ubicación de manera precisa para que los equipos de respuesta puedan ser dirigidos al lugar correcto.Desafío 3: Condiciones del entorno de las habitaciones
Desafío 3: Condiciones del entorno de las habitaciones
Los edificios suelen estar sujetos a un conjunto de requisitos, incluidas las condiciones interiores, y las universidades tienen políticas al respecto. A menudo, los acuerdos especificarán el clima interior (temperatura, niveles de CO2, iluminación, ventilación, etc.), por ejemplo, en un SLA (acuerdo de nivel de servicio).
Los acuerdos alcanzados para este fin incluyen un pago por el uso del espacio. A menudo, se mantendrán discusiones sobre si se están proporcionando las condiciones adecuadas para el espacio según sea necesario, lo que puede ser muy importante para la investigación.
Un clima interior óptimo conduce a un mejor rendimiento. Los sensores permiten monitorear de manera efectiva las condiciones dentro del espacio, lo que le permite ver, por ejemplo, si las condiciones requeridas están disponibles más del 90% del tiempo. Además, las mejoras pueden implementarse en caso de desviaciones y monitorearse los resultados de esas mejoras. Sobre todo, puede ser interesante alcanzar acuerdos orientados al rendimiento con un socio de construcción y/o mantenimiento con respecto a las condiciones dentro de un espacio.